lunes, 1 de diciembre de 2014

.Proscrito.

Rompía el alba junto al canto del gallo, los primeros rayos de sol entraban por las rendijas del granero en el cual me había escondido la noche antes para tener un techo donde dormir. Mi fiel corcel Mosquetón se encontraba tumbado a mi lado, dándome el poco calor que podía durante estas noches frías de otoño.

Me puse en pie, ajusté mis ropajes al cuerpo apretando bien el cinto y las correas de las botas y calándome el sombrero de medio lado, como hacen los tipos duros. Desperté a Mosquetón y le dejé que comiera un poco del granero que habíamos tomado prestado esa noche, una vez que estuvimos los dos a punto me monté en el y trotamos hasta el pueblo.
Al llegar al mesón de las afueras, até a Mosquetón al abrevadero y entré con paso firme mirando al mesonero.
-Eh tu, ¡Mesonero! -exclamé intentando parecer duro-, ¿a cuantas personas tengo que apuñalar para que me pongas un buen vaso de wisky?
-A... a ninguno señor, cálmese, aquí somos todos buenas personas sin ninguna mala intención -decía el mesonero con voz temblorosa mientras se acercaba a la barra lentamente-, tome asiento y ahora mismo le sirvo caballero.
Al momento de llegar a la barra tomó de detrás de ella la espada que por desgracia yo no había sido capaz de intuir y colocándomela directamente en el cuello dijo con un tono mucho menos tembloroso:
-Me temo que te has equivocado de mesón, amigo.

Os podéis imaginar lo que pasó, dando un salto mortal hacía atrás desenvaine mi espada y plantándole cara le grite que era el mesón adecuado... O eso es lo que debería haber pasado porque la verdad es otra. Fue tal es susto que me llevé que se me escapó una flatulencia de esas que no vienen solas... vamos, ¡que me cagué del susto! ¿es que hay que decirlo todo o que?

Definitivamente, mis primeros días como proscrito no me estaban resultando fáciles.


.Sed felices.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Esperando el motín.

Cuaderno de bitácora:
-Escribe el honorable capitán Melgosa al timón del buque insignia de la armada de Mostoles.
-Día cuarenta desde que zarpamos del puerto de Palos con rumbo fijo sur-suroeste.

Las provisiones comienzan a escasear, a penas nos quedan unas migajas de pan, dos o tres pollos enteros, unos cuatro quesos y lo que es peor, se está acabando el Ron.
El peligro de que los grumetes se amotinen aumenta con el paso de las millas, se escuchan susurros por cada esquina del buque, en el puente de mando apenas confió en mi mismo, en mis dos contramaestres y en el alférez. Tengo la sospecha de que mis demás oficiales se han pasado del lado de los 120 grumetes y los 100 marineros rasos, se masca la tensión a cada paso, el miedo a ser envenenado empezaría a ser un asunto serio de no ser porque apenas queda qué comer... Espero que lleguemos a un puerto pronto en el que tomar provisiones, y donde dar desahogo a mis hombres, definitivamente, ya no quedan burdeles como los de antaño.
Mi segundo al mando, el Capitán de Fragata Rick ha caído enfermo hace unas veintitrés horas, el médico ya no sabe que hacer y el cirujano de1ª tiene otras cosas en las que pensar, como por ejemplo que coño ha pasado con la morfina de abordo.
El cocinero me ha notificado que solo puede alimentar a la tripulación un día o dos más si la pesca es buena, por suerte aun quedan especias de sobra para componer el pescado. Adoro el olor a albahaca por la mañana...
Me temo que me estoy empezando a hacer viejo para estas cosas, mis fuerzas ya no son las que eran y en alta mar, aquel que no puede blandir bien su espada es carne de cañón. A penas me mantengo de pie cuando se desata la furia de Poseidón y el buque chirría desde el palo trinquete hasta el palo mesana, pasando por el palo mayor. El vigía tiene miedo a que las cuerdas cedan y caiga al mar desde lo alto, es un maldito acojonado pero tiene buena vista.

Espero poder anotar mañana las novedades, eso será signo de que aun me mantengo con vida en este infierno al que otrora llegue a llamar hogar.


.Sed felices.


martes, 25 de noviembre de 2014

Dudas serias.

Por fin había llegado el día, era viernes por la tarde y me disponía a salir de casa cuando por causa del azar, el destino, Chuk Norris que así lo ordenó, o la aurora boreal que pasaba por allí... no podía decidir nada absolutamente.
-¿Que... que abrigo cojo, el negro o el verde? porque el negro es calentito, pero el verde pega mejor con estas zapatillas. No, el negro que tiene bolsillos más grandes y así no se me enfrían las manos, pero el verde... el verde es que es tan suave por dentro que no me dan ganas de salir nunca...
Dos horas, ¡Dos malditas horas! hasta que me di cuenta de que en agosto, con treinta y ocho grados a la sombra no me hace falta el abrigo. Pero ahí no quedó la cosa, no no no. Cuando me dí cuenta de lo inecesario del abrigo, las dudas me asaltaron de nuevo.
-Y... ¿y mi llaves? ¿Donde cojones están mis llaves? ¿y la cartera? Pero, pero si yo tenía el movil en el bolsillo ¿porque ahora ya no está? Dios maldito viernes aquel ¡cuantas dudas! Con tal indecisión que sentía, encima, cuando por fin tuve todo lo necesario para salir de casa y llegué a la calle se me acerca una señora y me pregunta muy amable:
-¿Tiene un minuto para hablar del Señor?
-Un... ¿un minuto me está diciendo?
-Si si, con tan solo un minuto será capaz de mejorar en su vida laboral, tendra mejor la salud y en cuanto me firme este papel donde cede a la iglesia todas sus pertenencias, el mismo Dios bajará del cielo para bendecirle.
-Pues... pues no se si tengo un minuto, porque lo que usted me dice suena muy bonito, pero la verdad es que llego un poco tarde ya... Un minuto, un minuto no es nada pero, si ese minuto lo gasto en caminar estaré un minuto más cerda de mi destino. No se, no se si tengo un minuto...

Bueno, resumiendo, que con tantas dudas que tenía y con esa indecisión que me había asaltado aquel viernes, no me quedó más remedio que matar a aquella señora para que no me hiciese más preguntas a pillar y desde entonces... pues aquí estoy, en mi celda de tres por tres metros, ni una pregunta desde aquel día fijate tu...

.Sed felices.

lunes, 24 de noviembre de 2014

El depertar

Eran ya las diez de la mañana, el despertador atronaba en la habitación y Erick el Verde, despertaba de su lindo sueño. Muerte y desolación por doquier, soñaba que era él el que quemó Troya, que era él quien saqueó Roma y él también el que hizo que Constantinopla cayera bajo su poder... Pero los sueños se acaban, al abrir los ojos, Erick el Verde seguía siendo el mismo tipo gordo, lento y pesado que era la noche anterior al irse a dormir.

Con paso apesadumbrado y muy dormido todavía, se puso en pie y fue directo al baño -Cambiemos le el agua al canario -Dijo Erick creyéndose original-, lleva toda la noche sin disfrutar de agua fresca. 
Al llegar al cuarto de baño y verse en el espejo, Erick puso su pose más sexy, levantando las manos, moviendo la cintura un movimiento sexy...PRFFFFFFFFF
 -Oh Dios ¿Que demonios tengo en el estómago? ¿cadáveres, perros mojados, serpientes comiéndose a si mismas? Madre mía que peste...
Tenía la boca con restos de sangre, con lo que el aliento mañanero estaba en pleno apogeo, la camiseta de propaganda del Pryca y unos calzones roídos eran su atuendo de persona recién despertada. Mirándose al espejo se dijo a si mismo:
-Dios, no se que hembra se puede resistir a este cuerpo escultural que me gasto.
Una ducha rápida, el chandal de los domingos y listo para salir a comerse el mundo. ¿Qué a donde iba? Está claro Erick el Verde es un gran luchador del medio ambiente, recoger latas y reciclar son sus mayores logros hasta ahora ¿pero por algo se empieza no? Venga, darle un poco de espacio al muchacho, con apenas veintiocho años aún tiene toda la vida por delante para llegar a ser alguien en este mundo del ecologismo.

¿Continuara? No lo creo.

.Sed felices. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

Renacer.


Pues aquí estamos, un domingo por la noche escribiendo en mi portátil cutre.

Si es que alguien lee esto, que lo intentaré publicando el enlace en twitter o algo de eso, igual se puede preguntar el porqué de retomar mi aventura como Caballero a Caballo (aunque la primera vez está claro que no fructifeó, veremos esta) pues bien, la razón principal es que una tarde alguien a quien aprecio sobremanera me preguntó:
-¿Y porque no escribes algo?

Y bueno, aunque de eso ya hace bastante tiempo, aquí estoy dispuesto a escribir aquello que se me ocurra cuando se me ocurra, esperando que las palabras que surjan de mi teclear tengan algún sentido, interés para alguien y quizá me ayude personalmente también... que de cosas para una entrada de HOLA he vuelto... si alguna vez estuve verdaderamente.

De que va a versar este, el mio blog? pues como decía antes, serán entradas según mi estado de animo mis ganas de escribir y aquella idiotez que cruce mi mente redactada con la más bella prosa que me sea posible, no esperéis gran cosa, y siempre procurando dar algún toque de humor al asunto, que la vida ya es muy triste para andar encima con sensiblerias no??

Pues hasta aquí esta entrada, ser bienvenidos todos y disfruten con la mala prosa de este Caballero.

sábado, 3 de diciembre de 2011

.Solo mía.

Desde hacia un tiempo, no podía parar de pensar en ella, la vi, tan... tan... inocente, tan falta de maldad, tan bella... Y hoy por fin es mía, pero, ¡no es solo mía! ¡la quiero para mi! Llámenme egoísta, o envidioso ¡o las dos cosas! Pero yo, la quiero solo, única y exclusivamente, para mi. No me gusta compartir, no me gusta que nadie toque mis cosas, y menos, cuando son tan delicadas y finas como es esta. No me gusta que me hagan dudar, de si, seré el primero... seré el segundo... seré, seré solo uno mas en la lista a final de año... ¡Que no! que es mía y solo mía ¡leñe!.
Cuando por fin la tuve entre mis manos, supe que algún día, podría tener ese tacto suave en mi casa, donde por fin la podría poseer, tocarla y sentirla toda mía, sin temor a que me vean, sin tabús ni ostias que me hagan no dar rienda suelta a lo que quiero hacer desde hace tiempo.
-Por fin, solos tu, y yo, en casa- Pienso para mi mismo.
-Ahora que nadie nos ve, puedo hacerte lo que quiera, ya no hay marcha atrás ¡has caído en mi trama!- Continuaba diciendo en voz baja.
Le quito la tela sobrante, y admiro su belleza, -¿Y esto? Esta mancha no tenia que estar aquí... ¡Pero bueno!, que clase de broma es esta, tanto envoltorio, ¡para esto! ¡FUERA, fuera de mi casa! ¡pero sal de ella con todas tus cosas!... abrase visto semejante barbaridad alguna vez... En la caja ponía claramente:
Contiene ilustraciones a color. Y me mandan mi libro y ¡JA! los dibujos en blanco y negro! ¡No es justo!